Con quince años no te interesa prácticamente nada, con veinte años solo te interesa aprobar las asignaturas de la carrera (o de aquello en lo que te estés formando) y con veinticinco años ya empiezas a interesarte por la historia, la cultura, el arte… pero te das cuenta que has llegado a los treinta y estás ansioso por aprender. Sin embargo, no sabes por dónde empezar.
Hay muchas formas de aprender sobre cualquier tema. La más clásica es buscar información y empaparte, si bien son tantos los temas que nos pueden llegar a interesar que ¿por dónde empezamos?.