En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor.
Así arranca Don Quijote de la Mancha, una obra universal escrita por Miguel de Cervantes Saavedra en dos tomos publicados en 1605 y 1615.
Pero no voy a centrarme en ensalzar esta excelsa obra, considerada la primera novela moderna, porque creo que ya se ha escrito todo sobre ella.
Aún tratándose de una joya literaria a nivel mundial y perteneciendo, además, a un autor español son muchos los que todavía no se han acercado a ella y son varios los motivos: su extensión, su escritura en castellano antiguo, la creencia de que pueda ser un texto aburrido (en absoluto lo es), etc.
Por ese motivo, en este artículo traigo diversas formas de leer El Quijote para dar un pequeño empujón a quien todavía no haya leído esta maravillosa novela.
La primera es, obviamente, leyendo un ejemplar completo en castellano antiguo pero, ya en este punto, tengo varios consejos que darte.
Si te embarcas en él, vas a pasar mucho tiempo a su lado por tanto te recomiendo elegir un formato que se adecue a ti para leerlo de forma cómoda ya que dependiendo de la edición hay distintos tamaños de letra y también puede ser que estén los dos tomos en el mismo ejemplar o separados (decide qué es lo que prefieres). En las librerías especializadas suelen tener diferentes versiones por tanto puedes tocarlo, olerlo, pesarlo … hasta estar completamente seguro de que ése será tu nuevo amigo. Otra opción, claro está, es leerlo en eBook pero eso ya depende de gustos.
En mi caso, elegí esta preciosa edición que incluye los dos volúmenes con un tamaño de letra normal (los hay con la letra más grande).
La siguiente opción que os propongo es leerlo en castellano actual. A primera vista pudiera parecer un sacrilegio sin embargo, esta adaptación de Andrés Trapiello está bastante aceptada por algunos expertos en la materia. Yo la he ojeado y no está nada mal pero, en mi opinión, se disfruta más la versión original. Además, como hispanohablantes, somos afortunados de poder acceder a ella en su variante más pura.
Disponemos además de una lectura simplificada (rigurosa, ya que se trata de una edición de la RAE) adaptada por Arturo Pérez-Reverte. La he tenido en mis manos y está bastante bien.
Y si queremos contársela a los más pequeños de la familia disponemos de la versión escolar de Rosa Navarro Durán: El Quijote contado a los niños.
Aunque si no tenemos hábito lector, tenemos algún problema de visión o simplemente nos resulta más cómodo hay muchas otras opciones para disfrutar de esta joya.
Una de ellas es a través de un podcast que podemos ir escuchando mientras conducimos, cocinamos, hacemos tareas del hogar, deporte …
Si vamos a nuestra plataforma de podcasting favorita (yo suelo usar iVoox) tenemos gran cantidad de versiones. Justo antes de la escritura de este artículo he escuchado el primer capítulo a través de este podcast y me ha gustado mucho.
Por último, podemos rescatar alguna de las publicaciones audiovisuales hechas en el pasado. Por un lado tenemos la miniserie de 1991, dirigida por Manuel Gutíerrez Aragón y escrita por Camilo José Cela, y que está disponible en la web rtve. También tenemos la opción, junto a nuestros pequeños, de viajar a 1978 para rememorar la serie de televisión infantil de Cruz Delgado, desde aquí.
Ahora ya no tienes excusa para embarcarte en las aventuras de don Quijote y su inseparable escudero Sancho Panza.
El que lee mucho y anda mucho, amigo Sancho, ve mucho y sabe mucho.