Entender mejor el cine

Todo lector tiene su biblioteca. Es suya, y no la cambiaría por la de nadie porque en ella se encuentran las obras con las que ha disfrutado tantas horas de su vida. Más o menos cantidad, mejores o peores, pero al fin y al cabo es su colección.

Pero además, los amantes del cine (entre los que me incluyo), guardamos un pequeño espacio en ella para el séptimo arte.

En mi caso son muchos los libros de esta temática: biografías, entrevistas y algunos más específicos.

Uno de ellos, 1001 películas que hay que ver antes de morir (Steven Jay Schneider).

Esta colección aglutina las principales cintas desde 1903, con Asalto y robo de un tren (Edwin S. Porter), al menos la versión que yo tengo, hasta la actualidad. Cada año aparece una nueva versión incluyendo películas más recientes.

1001 películas que hay que ver antes de morir – Steven Jay Schneider

Por supuesto, el libro no tiene valor literario y tampoco va a hacer mejorar tus conocimientos en la materia pero sí es una gran guía en el que navegar para buscar ideas, películas, curiosidades, etc.

El libro está plagado de fotografías y cada título está acompañado de una breve sinopsis y crítica, así como los principales datos relacionados. Si tienes una cena con amigos y lo pones en el centro de la mesa, no pasará desapercibido.

Sin embargo quiero centrarme más en libros para aprender de cine, entenderlo mejor y saber qué es todo lo que ha sucedido hasta que la película se ha proyectado.

Y para ello, El cine según Hitchock (François Truffaut) es lectura obligatoria.

El cine según Hitchcock – François Truffaut

A lo largo de sus páginas veremos la fórmula para crear suspense, trucos de cámara, cómo hacer efectos especiales artesanos (la única forma en aquella época), notas sobre la creación de un guión y, además, entenderemos lo que es un McGuffin.

Se puede leer de dos formas: Del tirón (mi recomendación) o bien yendo al capítulo relacionado antes y/o después del visionado de una de sus obras.

[…] este es uno de los problemas al que tenemos que enfrentarnos con el sistema de estrellas: a menudo, la historia queda comprometida porque la estrella no puede ser el malo.

Este apasionante diálogo entre ambos realizadores (Truffaut también fue un gran director) trata sobre las circunstancias alrededor del nacimiento de cada película, los problemas de la puesta en escena y la elaboración de los guiones así como el resultado comercial de cada cinta.

Cuando un director está decepcionado de la crítica, cuando se da cuenta de que los críticos no se preocupan al examinar sus películas, ¡pues bien!, el único refugio que puede encontrar es la aclamación de la taquilla. Ahora bien, si un director rueda sus películas exclusivamente para la taquilla, se deja arrastrar por la rutina y eso es malo

Hay un antes y un después de esta lectura porque a lo largo de la entrevista que tuvieron, fruto de una larga conversación de cincuenta horas preparada sobre un cuestionario de quinientas preguntas, muestra por qué El maestro del suspense no es un director de cine sino un autor, un creador … un artesano.

Hay una gran diferencia entre la creación de un film y la de un documental. En un documental, Dios es el director, el que ha creado el material base. En el film de acción es el director quien es un dios, quien debe crear la vida.

Pero cuando lo terminemos querremos más y no nos vamos a quedar solamente en Hitchock porque podemos aprender de muchos otros directores: cada maestrillo tiene su librillo.

Para ello, Lecciones de cine (Laurent Tirard), es otra aproximación perfecta.

Lecciones de cine: Clases magistrales de grandes directores – Laurent Tirard

En él se entrevistan a directores de la talla de Sydney Pollack, David Cronenberg, Oliver Stone, Lars von Trier, … y así hasta veinte protagonistas.

Los directores también disfrutaron con las entrevistas. Se alegraron de poder librarse por un rato de las aburridas tareas promocionales para hablar de la esencia misma de su oficio.

Se trata de entrevistas, publicadas originalmente en la revista francesa Studio, en las que los directores exploran su visión del cine, sus técnicas y, en general, lo que hace único a cada cineasta.

Por no extenderme demasiado voy a quedarme con algunas de las frases que más me impactaron, como esta de Martin Scorsese:

Tienes que saber lo que es importante, lo que no puede cambiarse y debes luchar por ello. Pero no hay que ser tozudo, no debes negarte a todo lo que genere un cambio, porque si lo haces, no permites que se perciba la vida que existe alrededor de la cámara y del plató. Y eso se nota en la película. A veces, un accidente o un cambio en el último minuto recrean algo inesperado y mágico y, otras veces, te pones tan testarudo con las cosas que quieres, que la vida que estás creando en la película se vuelve rígida y formal.

De Woody Allen no puedo quedarme solo con una:

[…] la verdad es que o lo tienes o no lo tienes. Si no lo tienes, puedes pasarte la vida estudiando que no vas a sacar nada en claro. No vas a convertirte en mejor cineasta por eso. Y si lo tienes, enseguida aprenderás a utilizar las pocas herramientas que necesitas.

Creo que los actores -, y posiblemente, también los directores- se sienten culpables por hacer algo que les resulta tan fácil y tan natural, de manera que tratan de hacerlo más complejo para justificar el sueldo que reciben. […] contrato a gente con talento y dejo que hagan lo que se les da bien hacer.

Y, por último, una perla de Jean-Luc Godard:

Sentía que estaba haciendo películas incluso antes de ponerme a hacerlas de verdad. Y, posiblemente, aprendí más viendo películas que haciéndolas.

Si te apasiona la gran pantalla, hazte con ellos. En definitiva, libros cuyos autores están sumergidos en el mundo del cine, y eso se nota.

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