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Diaspar había olvidado muchas cosas, y entre ellas, el verdadero significado del amor. En Airlee había visto que las madres acunaban a los niños en sus rodillas, y él mismo había sentido, por todas aquellas criaturas pequeñas e indefensas, esa ternura que es la hermana gemela del amor sin egoísmos. Sin embargo, ninguna mujer de Diaspar sabía cuál había sido alguna vez la meta última del amor, ni se interesaba por ello. Continuar leyendo «La ciudad y las estrellas»